El siguiente texto se compone de retazos de varios escritos con algunas incorporaciones personales. Las personas cuyas palabras se mezclan aquí son:
Andrea Soto Calderón, Vilem Flusser, Nicolas Bourriaud, Hito Steyerl y Mark Fisher.
Las imágenes que lo ilustran fueron generadas por Erik Estany Tigerström.
I
De tanto ver, nuestros ojos ya no ven.
La abundancia de imágenes nos anestesia.
Resulta imposible digerir todo lo que vemos.
Hay un exceso visual hegemónico que no para de repetir las mismas imágenes.
Por eso la crítica debería orientarse hacia las imágenes que no se hacen o no se ven.
Y al porqué no podemos verlas.
Dejemos de hablar de abundancia y empecemos a hablar de escasez.
¿Qué imágenes faltan?
¿Quiénes no las están haciendo?
¿Quiénes no pueden mostrarlas?
¿Porqué?
Detrás de ese modelo se encuentra nuestra sociedad actual.
Hay escasez de operadores de diferencia.
II
Las imágenes técnicas son imágenes realizadas por aparatos.
La fotografía es una imagen técnica.
Las imágenes generadas por inteligencia artificial, que aún no sabemos nombrar, también.
El aparato de fotos está programado para generar fotografías y cada una de ellas es una realización de una de las posibilidades contenidas en su programa.
Lo mismo sucede con los aparatos generadores con IA.
Programas: el de la industria fotográfica e IA, el del parque industrial que ha programado a la industria fotográfica e IA, el del aparato socio económico que ha programado al parque industrial, etc etc etc...
Dalle2, Open ai & Microsoft & Elon Musk & Sam altman & ... Midjourney inc. & David holz… Stabilityai & Compvis & Runway & Emad mostaque &...
Nuestros aparatos vienen programados y responden a intereses.
Por eso la crítica debería estar orientada a su interior, para entender que hay detrás de ellos. Cómo, por qué y quienes controlan la forma en la que generamos esas imágenes que distribuimos y usamos.
III
Las imágenes técnicas son imágenes automáticas.
Surgen a partir de la realización de un aparato.
El aparato nos espera, porque sin nosotros no puede funcionar.
Al ejecutarlo, y seguir sus órdenes, somos funcionales a su programación.
Somos funcionarios.
Una suave presión.
Click!
Puede producir una gran opresión.
Este es el caso de las imágenes normativas.
Las imágenes normativas dicen, así me veo, así te ves, así debes ver.
Ordenan nuestra realidad a partir de modelos visuales.
Son imágenes automáticas que suceden al usar cualquier aparato productor siguiendo estrictamente sus reglas.
Poseen la estructura de la repetición categórica y controlan la capacidad de cambio de cualquier ente.
Las imágenes normativas están hechas de obediencia.
Cubren estadísticamente a otras porque abundan.
Construyen una noción de unidad y estabilidad.
Porque las vemos en todos lados, son imágenes globales.
Parecen multitudes, por su cantidad, pero en realidad son solo una cosa.
En ellas todo tiende a lo mismo.
Son un punto negro, oprimido y encerrado dentro de una caja negra a la que no estamos destinados a entrar.
Esa caja negra está dentro de los aparatos.
Los aparatos (re)productores de imágenes técnicas no están diseñados para que podamos ver dentro y entender cómo funcionan.
Si pudiéramos entrar en su caja negra con facilidad veríamos que allí hay orden y control.
Para entrar debemos hacer acotaciones y preguntas incómodas.
Para entrar hace falta luchar.
IV
Los aparatos están diseñados para producir imágenes probables y redundantes.
Esas son las reglas de su programa. Esos son sus intereses.
Las imágenes probables resultan en una automatización de la cultura.
La automatización de la cultura anula la diferencia.
A mayor automatización, menor es la información generada.
En un escenario de total automatización, todo sería igual.
Y cómo no habría diferencia, la cultura tendería a cero.
¿Cuánto tiempo puede subsistir una cultura sin el aporte de lo nuevo?
Si la cultura tiende a cero, la vitalidad tiende a cero y si la vitalidad tiende a cero:
¿Cómo podemos alejar el fantasma del fascismo al que tiende cualquier sociedad programa como la nuestra?
Para hacerlo hay que informar el flujo cultural con imágenes que no sean normativas.
O sea, producir imágenes que no son probables en el automatismo del programa.
Imágenes improbables que estadísticamente hunden la probabilidad del fin de la cultura.
La gran pregunta que nos convoca hoy entonces es la siguiente:
¿Cómo podemos generar influjo de información con aparatos que están diseñados para repetir siempre lo mismo?
Lo hacemos en oposición.
Lo hacemos jugando contra el aparato.
Usándolo para lo que no está hecho.
Dejamos de ser funcionarios y nos convertimos en jugadores.
Homo ludens.
La libertad está en ir contra el aparato.
La libertad está en jugar con y contra el aparato.
Y este será un juego comprometido y consciente, porque es un juego vital.
A través de la desobediencia, podremos producir imágenes improbables.
Y a través de esas imágenes desobedientes podremos alejar el fin.
Libertad es jugar contra la máquina.
Libertad es provocar casualidad improbable pero intencionada.
Libertad es usar los aparatos generadores de imágenes técnicas para lo que no están hechos.
Libertad, libertad, libertad.
V
Llamaremos a las imágenes que menos respetan los programas del aparato como imágenes rebeldes.
Estas imágenes surgen de un régimen de uso desobediente total.
Son imágenes muy interesantes y muchas veces abstractas.
Pero tienen un gran problema y es que son imágenes de nicho.
Son imágenes que solo importan a unos pocos y que en consecuencia tienen poco impacto en la revitalización cultural.
Por eso nuestro foco crítico debe estar puesto en otro tipo de imágenes.
Las llamaremos imágenes infiltradas.
La virtud de este tipo de imágenes es que son fáciles de leer y en consecuencia son
aceptadas popularmente.
Parecen normativas pero en realidad son informativas.
Por eso tienen un alto grado de vitalidad y de impacto.
Sugieren tener un vínculo directo con el automatismo de un aparato productor, pero en realidad (im)portan información.
Ocurren cuando la distancia que hay en el gesto de desobediencia del aparato es lo suficientemente mínima como para que ese desvío no sea identificado en una lectura de superficie.
Como se confunden con imágenes no disruptivas, en general, no se cuestionan.
Parecen normales, pero en realidad son divergentes.
Son imágenes inflitradas.
Para producirlas no hace falta un régimen de uso alternativo total sobre las instrucciones de una máquina, sino una imprecisión especializada.
VI
Seamos imprecisos si queremos ser libres.